Cuando te dio la tos, con el pañuelo
te tapaste la boca;
y yo leí en tus ojos, en mi cielo,
toda tu angustia loca.
Me ocultaste las rosas de tu pecho,
flor de tu sangre pura;
aquella noche regué y mi lecho
con sales de amargura.
De mi sangre, Teresa, borbotones
tras la tuya fluyen;
una la vida y dos los corazones,
los dos a una concluyen.
Es tu angustioso aliento el que me lleva
tras de ti, mi Teresa... ¡Voy allá!
¡Me falta el aire..., primavera nueva
al lado tuyo me florecerá!
Miguel de UNAMUNO, Teresa.
(Teresa, un libro de rimas y poemas publicado por Unamuno en 1924,
está atribuido a un suicida: el poeta Rafael, un alter-ego, casi un heterónimo, del autor. Nunca ha vuelto a ser editado salvo en sus obras completas.)
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Es uno de esos libros respecto a los cuales la crítica, clásica o posmoderna, canónica o revolucionaria,machista o feminista, nunca ha prestado demasiada atención, más allá de decir que se trata de un librito de poemas que imita el estilo becqueriano y pseudoromántico5. La crítica literaria, como casi todo lo que se hace para un público, espectador o consumista, tiende a rendir culto a la moda, y por consiguiente imita más que crea. Ni siquiera los estudiosos de la lírica como discurso dialéctico, pragmático o dialógico, se han fijado en esta obra como fuente prodigiosa de posibilidades expresivas e interpretativas.
ResponderEliminarSuicidio y Homicidio. Teresa de Unamuno
SI Y TÚ Y YO, TERESA MÍA...
Si tú y yo, Teresa mía, nunca
nos hubiéramos visto,
nos hubiéramos muerto sin saberlo:
no habríamos vivido.
Tu sabes que morirse, vida mía,
pero tienes sentido
de que vives en mí, y viva aguardas
que a ti torne yo vivo.
Por el amor supimos de la muerte;
por el amor supimos
que se muere; sabemos que se vive
cuando llega el morirnos.
Vivir es solamente, vida mía,
saber que se ha vivido,
es morirse a sabiendas dando gracias
a Dios de haber nacido.