sábado, 20 de agosto de 2011

ASTURIAS

Asturias, si yo pudiera,
si yo supiera cantarte.
Asturias, verde de monte
y negra de minerales.

Yo soy un hombre del sur:
polvo, sol, fátiga y hambre;
hambre de paz y horizontes,
hambre.

Bajo la piel resecada:
ríos sólidos de sangre
y el corazón asfixiado,
sin venas para aliviarte.
Los ojos, ciegos los ojos,
ciegos de tanto mirarte
sin verte, Asturias lejana,
hija de mi misma madre.

Dos veces, dos, has tenido
ocasión para jugarte
la vida en una partida
y las dos te la jugaste.

¿Quién derribará ese árbol
de Asturias ya sin ramaje,
desnudo, seco, clavado
con su raíz entrañable?

Corre por toda España
crispándonos de coraje.
Mirad obreros del mundo
su silueta recortarse
contra ese cielo impasible,
vertical, inquebrantable,
firme, sobre roca firme,
herida, vibra su carne.

Millones de puños gritan
su cólera por los aires
millones de corazones
golpean contra tus cárceles.
Prepara tu salto último
lívida muerte cobarde,
prepara tu último salto
que Asturias está aguardándote.

Sola en mitad de la Tierra
hija de mi misma madre.

Víctor Manuel SAN JOSÉ SÁNCHEZ