sábado, 28 de abril de 2012

BORGES DUERME EN GINEBRA

LA LENTITUD DE LOS BUEYES

1. Nuestra quietud es dulce y azul y torturada en esta hora...

Nuestra quietud es dulce y azul y torturada en esta hora.

Todo es tan lento como el pasar de un buey sobre la nieve. Todo tan blando
como las bayas rojas del acebo.

Nuestro abandono es grande como la existencia, profundo como el sabor
de las frutas machacadas. Nuestro abandono no termina con el cansancio.

No es un error la lentitud, ni habitan nuestra alma las oquedades del conocimiento.

En algún zarzal lejano anida un pájaro de aceite que nace con el día. Siento su sed
granate algunas veces. Su abandono es tan dulce como el nuestro.

Su lentitud no está desposeída de costumbre.



* * * * *


3. Nada trasciende la densa mansedumbre de esta tarde...

Nada trasciende la densa mansedumbre de esta tarde.

Todo está en calma delante de mis ojos: las cigüeñas varadas
sobre el silencio, y los frutales florecidos más allá del tendido del ferrocarril.

En odres muy antiguos, tan antiguos que ni siquiera el dolor
puede alcanzarles, está guardado el tiempo. Y su costumbre deja posos
más ácidos y azules que el olvido.

Como hierba crecida entre ruinas, la soledad es su único alimento y,
sin embargo, su sustancia es tan dulce como nata crecida.

Abstenéos, no obstante, de ponerle interrogantes amarillas
o de buscar dioses de trapo allí donde existen solamente aguas absurdas.

De todos es sabido que el tiempo no posee otra grandeza
que su propia mansedumbre.



* * * * *


7. Hay racimos de soledad en tus manos...

Hay racimos de soledad en tus manos, desposesiones más antiguas
que la sangre.

Huyen los años de tus ojos como bandadas de cometas por las plazas maduras.
(Sólo quedan los bueyes rumiando su tristeza.)

Has conocido, entre gavillas de silencio, el sabor amarillo de mis pasos,
el humo indescifrable de las brasas sin tiempo.

Nunca mi lejanía se amasó con barro, pero puse en tu boca las yemas más
quemadas y los besos más lentos. Nunca mi lejanía se espesó hasta tu cuerpo.

Como una fuente vieja, azul desde su olvido, arrinconaste el miedo
en arcas inviolables.

Ni siquiera el dolor estalla entre tus labios. Ni siquiera la antigua,
la salada tristeza de mis besos.



* * * * *



11. Si te pusiera copos de tierra sobre la boca...

Si te pusiera copos de tierra sobre la boca, sabrías la acidez que me posee.

Si apoyase mis preguntas en tus hombros, te desmoronarías como una
estatua de sal.

(¿O acaso puede alguien soportar el equilibrio de los árboles más altos?)

Pero no quiero condenarte a ser cuenco de nieve o roca muda.

Advierto en tus andenes una espera infinita y tus silencios me son agrios
como bruma.

Los mercaderes montan sus puestos de mentiras y perfumes a tu paso.
Tus recuerdos esperan, apostados como perros, el momento en que se incendie
la nostalgia.

Reconozco que mis preguntas aumentarían tu indefensión.



* * * * *



13. Yo no recuerdo sino el sabor de la duda...

Yo no recuerdo sino el sabor de la duda como un alud de fresas
sobre las blandas escamas de mi boca.

He olvidado el lugar donde las nieves más azules consiguen resistirse
a su abandono.

He olvidado ya hace tiempo la dócil lentitud de los molinos.

Mucho antes de la hora de los vagabundos, y a través de arboledas heladas,
caminé largamente hacia la mansedumbre. Busqué los prados donde pastan
los bueyes más antiguos.

Rocas más amarillas que el silencio puse sobre mi incertidumbre.
Rocas más dilatadas que algodón.

Y no quedó otra cosa que la duda fluyendo dulcemente, como nata derretida.

Yo no sé si, después de la muerte, alguien vendrá a dormirme con leyendas
aprendidas en lugares lejanos.

Yo no sé si el aguacero de la nada apagará los hornos de la mendicidad.

Pero es seguro que palabras absolutas, más absolutas que vasijas de aceite
derramadas, me estarán esperando al otro lado del olvido.

Y entre esas voces acuñadas sobre moldes de arcilla y certidumbre,
mi voz sonará extraña como tomillo arraigado en las cuestas del amor.

Mi voz será como un paréntesis de duda.

Julio LLAMAZARES

jueves, 5 de abril de 2012

FIELDS OF GOLD (versión mía)

Me recordarás cuando el viento del oeste acaricie
los campos de cebada;
le contarás al sol, en su celoso cielo,
que caminábamos entre campos de oro.

Abrazó a su amado para contemplarlo un instante
entre los campos de cebada
y cayó entre sus brazos con el pelo suelto
como un campo de oro.

Te quedarás conmigo, serás mi amante
entre campos de cebada,
y podrás contarle al sol, celoso en su cielo,
de cuando caminábamos
entre campos de oro.

STING (Gordon SUMNER)

Nunca hago promesas a la ligera
porque tuve que romper algunas,
pero juro por los días que me quedan
que caminaremos entre campos de oro.

Muchos años han pasado desde aquellos días de verano
entre los campos de cebada:
Mira a los niños corriendo mientras cae la tarde
entre los campos de oro.

miércoles, 4 de abril de 2012

KIM KARDASHIAN

FIELDS OF GOLD (DORADOS CAMPOS), o cómo se destroza un poema al traducirlo mal

RECORDARÁS CUANDO EL VIENTO DEL OESTE SOPLE
SOBRE LOS CAMPOS DE CEBADA
OLVIDARÁS EL SOL EN SU CELOSO CIELO
MIENTRAS CAMINAMOS EN CAMPOS DE ORO

ASÍ QUE ELLA TOMÓ A SU AMOR
PARA MIRARLO UN MOMENTO
SOBRE LOS CAMPOS DE CEBADA
EN SUS BRAZOS CAYÓ CON SU PELO SUELTO
ENTRE LOS CAMPOS DE ORO

¿TE QUEDARÁS CONMIGO
ENTRE LOS CAMPOS DE CEBADA?
OLVIDAREMOS EL SOL EN SU CELOSO CIELO
MIENTRAS CAMINAMOS EN CAMPOS DE ORO

MIRA EL VIENTO MOVERSE COMO UN ENAMORADO
SOBRE LOS CAMPOS DE CEBADA
SIENTE SU CUERPO ELEVARSE CUANDO BESAS SU BOCA
ENTRE LOS CAMPOS DE ORO
NUNCA HAGO PROMESAS A LA LIGERA
Y HAY ALGUNAS QUE HE ROTO
PERO JURO POR LOS DÍAS QUE ME QUEDAN
QUE CAMINAREMOS EN CAMPOS DE ORO
CAMINAREMOS EN CAMPOS DE ORO

MUCHOS DÍAS HAN PASADO DESDE ESOS DÍAS DE VERANO
ENTRE LOS CAMPOS DE CEBADA
VEO A LOS NIÑOS CORRER MIENTAS EL SOL SE VA
ENTRE LOS CAMPOS DE ORO
ME RECORDARÁS CUANDO EL VIENTO DEL OESTE SOPLE
SOBRE LOS CAMPOS DE CEBADA
PUEDES NOTAR AL SOL EN EL CIELO CELOSO
CUANDO CAMINAMOS POR LOS CAMPOS DE ORO
CUANDO CAMINAMOS POR LOS CAMPOS DE ORO
CUANDO CAMINAMOS POR LOS CAMPOS DE ORO



Te acordaras de mi cuando los vientos del oeste se muevan
sobre los campos de barley
te olvidaras del sol en su cielo azul
como caminando en campos de oro
entonces ella tomo su amor
por un poquito tiempo
sobre los campos de barley
en tus brazos ella cayo como su cabello cae
atraves de los campos de barley
te quedaras conmigo y sera mi amor
atraves de los campos de barley
olvidaremos el sol en su cielo azul
como nos acostabamos en los campos de oro
ves el viento del oeste moverse como el amor
sobre los campos de barley
siente como su cuerpo se levanta cuando besas su boca
atraves de los campos de oro
nunca hice promesas a la ligera
y si han estado las e kebrado
pero yo juro en dias ser correcto
caminando en los ampos de oro
csminsndo en los campos de oro
algunos años han pasado desde esos dias de verano
atraves de los campos de barley
ves los niños correr como el sol cae
atraves de los campos de oro
te acordaras de mi cuando el viento del oeste mueva
sobre los campos de barley
olvidaras el sol en su cielo azul
cuando caminamos en los campos de barley
cuando caminamos en los campos de barley
cuando caminamos en los campos de barley.

Me recordarás cuando el viento oeste pase
sobre los campos de cebada.
Olvidarás el sol en su celoso cielo
cuando andemos en los campos de oro.

Así ella llevó a su amor
a mirar un rato
los campos de cebada.
En sus brazos cayó cuando soltó su pelo
Entre los campos de oro.

¿Te quedarás conmigo? ¿Serás mi amor
entre los campos de cebada?
Olvidaremos el sol en su celoso cielo
acostados en los campos de oro.

Mira el viento oeste pasar como un amante
sobre los campos de cebada.
Siente subir su cuerpo cuando le besas la boca
entre los campos de oro.
Nunca hago promesas a la ligera
y hay algunas que he roto
pero te juro que en los días que quedan
caminaremos en los campos de oro
caminaremos en los campos de oro.

Han pasado mucho años desde aquellos días del verano
entre los campos de cebada
Mira correr los niños cuando baja el sol
entre los campos de oro.
Me recordarás cuando el viento oeste pase
sobre los campos de cebada
se lo puedes decir al sol en su celoso cielo
cuando anduvimos en los campos de oro
cuando anduvimos en los campos de oro
cuando anduvimos en los campos de oro


Sting (Gordon Matthew Thomas SUMNER)

martes, 3 de abril de 2012

MORENA AUTODEFINIDA

POEMA XIX

Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.

Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.

Pablo NERUDA

LA RUBIA, LE HORLÀ

LA RUBIA

Enamorarse de la rubia hasta los huesos.
perder el sueño, la camilla
el poco criterio, la cabeza.
Ir con la rubia, tras la rubia,
por la rubia, como el Dante
al mismisimo ombligo del infierno.

Hay mujeres mas bellas,
pero la rubia es la rubia,
como el semen, el helado de crema,
el impermeable amarillo de Dick Tracy.

La rubia es una pesadilla que se vive despierto
La rubia es un enigma al final del hastío y de la fiesta.
Y hay que amarla así,
rubia traicionera, amante del amigo,
escapada de un filme del deseo.

Inútil convencerla, desteñirla,
implorarle piedad para este corazón.

Antes de ella, sereno,
imposible evitar los conflictos nocturnos
con sus ojos de barco, su boca negadora,
su pelo de cerveza,sus otras obviedades,
su increible figura de sirena terrestre
maldecida en silencio por las viejas.

Enamorarse de la rubia hasta los huesos
antes de que la edad, la tumba,
o la comodidad del hogar
nos arruine la fiesta.

¿Anónimo?