lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Las mujeres desnudas son inteligentes?



¿Breakfast in America?

NINFÓMANA

Sílfide para ser adorada
en el santuario del sexo;
ninfa de metros y plazas
sirena de asfaltos y lechos.
Placer de ira masturbada
a la lumbre del deseo,
a la sombra de sus nalgas
y a la seda de su vello.
Diosa de fe orgasmada
eyacula por su cuello
amor sin docta morada,
sin sabores y sin techos.
En si misma comulgada
como vulva de los cielos;
virgen de misa privada
santa madre del consuelo.
Sólo en ella y por nada
la carne se hace verbo,
la entrepierna se hace agua
y el objeto es placebo.


CLAUDIETA, poetisa lesbiana.

Para Bárbara, porque le gustan los desnudos



Jean-François JONVELLE

BARBARA

Rappelle-toi Barbara
Il pleuvait sans cesse sur Brest ce jour-la
Et tu marchais souriante
Epanouie ravie ruisselante
Sous la pluie

Rappelle-toi Barbara
Il pleuvait sans cesse sur Brest
Et je t'ai croisee rue de Siam
Tu souriais
Et moi je souriais de meme

Rappelle-toi Barbara
Toi que je ne connaissais pas
Toi qui ne me connaissais pas
Rappelle-toi
Rappelle-toi quand meme ce jour-la
N'oublie pas

Un homme sous un porche s'abritait
Et il a crie ton nom
Barbara
Et tu as couru vers lui sous la pluie
Ruisselante ravie epanouie
Et tu t'es jetee dans ses bras

Rappelle-toi cela Barbara
Et ne m'en veux pas si je te tutoie
Je dis tu a tous ceux que j'aime
Meme si je ne les ai vus qu'une seule fois
Je dis tu a tous ceux qui s'aiment
Meme si je ne les connais pas

Rappelle-toi Barbara
N'oublie pas
Cette pluie sage et heureuse
Sur ton visage heureux
Sur cette ville heureuse
Cette pluie sur la mer
Sur l'arsenal
Sur le bateau d'Ouessant

Oh Barbara
Quelle connerie la guerre
Qu'es-tu devenue maintenant
Sous cette pluie de fer
De feu d'acier de sang
Et celui qui te serrait dans ses bras
Amoureusement
Est-il mort disparu ou bien encore vivant

Oh Barbara
Il pleut sans cesse sur Brest
Comme il pleuvait avant
Mais ce n'est plus pareil et tout est abime
C'est une pluie de deuil terrible et desolee
Ce n'est meme plus l'orage
De fer d'acier de sang
Tout simplement des nuages
Qui crevent comme des chiens
Des chiens qui disparaissent
Au fil de l'eau sur Brest
Et vont pourrir au loin
Au loin tres loin de Brest
Dont il ne reste rien.

Jacques PRÉVERT

Para Bárbara

Acuérdate Bárbara
Llovía sin cesar en Brest aquél día
Y marchabas sonriente
Dichosa embelesada empapada
Bajo la lluvia

Acuérdate Bárbara
Llovía sin cesar en Brest
Y me crucé contigo en la calle de Siam
Sonreías
Y yo también sonreía

Acuérdate Bárbara
Tú a quién yo no conocía
Tú que no me conocías
Acuérdate
Acuérdate pese a todo aquél día
No lo olvides

Un hombre se cobijaba en un portal
Y gritó tu nombre
Bárbara
Y corriste hacia él bajo la lluvia
Empapada embelesada dichosa
Y te echaste en sus brazos

Acuérdate de eso Bárbara
Y no te ofendas si te tuteo
Yo tuteo a todos los que amo
Aunque los haya visto sólo una vez
Tuteo a todos los que se aman
Aunque no los conozca

Acuérdate Bárbara
No olvides
Esa lluvia buena y feliz
Sobre tu rostro feliz
Sobre esa ciudad feliz
Esa lluvia sobre el mar
Sobre el arsenal
Sobre el banco d'Ouessant

Oh Bárbara
Menuda estupidez la guerra
Qué has llegado a ser ahora
Bajo esta lluvia de hierro
De fuego de acero de sangre
Y el hombre aquel que te estrechaba entre sus brazos
Amorosamente
Quizás ha muerto o desaparecido o vive todavía

Oh Bárbara
Llueve sin cesar en Brest
Como solía llover en otro tiempo
Pero no es lo mismo y todo está estropeado
Es lluvia desconsolada de duelo espantoso
Ni siquiera es ya tormenta
De hierro de acero de sangre
Simplemente nubes
Que revientan como perros
Perros que desaparecen
En el remanso de Brest
Y van a pudrirse lejos
Lejos muy lejos de Brest
Donde ya no queda nada.

Versión de C. Deplois

HIPNOSIS

sábado, 15 de junio de 2013

OFRENDA



Yo soy ese tipo que ha cometido la osadía
de creerse poeta por unos instantes
esas efímeras eternidades que me tornaron insoportable,
y excavó con desesperación en el fondo de la noche
buscando palabras desconocidas
para dárselas al mundo en una jauría de gaviotas.

El que arrojó piedras a vagones ajenos de trenes inalcanzables
que cruzaban el oxidado horizonte del desierto,
el que pateó pelotas de trapo envueltas en viejas medias
en un potrero de cardos rusos gigantes y vientos furibundos,
y corrió entre cigueñas negras y alacranes amarillos
para calmar la sed de infinito y el hambre de mujer.

El tipo que se dejó crecer la barba
y lanzó volantes rojos en el aire espeso de la ciudad
como un acto de rebeldía en medio de la derrota.
El que recorrió bares y cabarets
buscando a la hembra más puta del mundo,
y terminó durmiendo sobre las mesas
la borrachera de todos los poetas malditos de la historia.

Yo soy el pastor de ovejas descarriadas
adicto a las sombras bajo la gran luz.
El lobizón que se hizo hombre
en una noche de incontables lunas sin cielo.

Yo soy la oveja que se comió al lobo.

Yo soy ese tipo que llaman padre
el santo padre putativo corruptor de menores de espíritu
adúltero de vírgenes endemonidas exorcista de toda estupidez.
El que cura las llagas de mujeres en pena
místico sanador de seres vulnerables de corazón.

Yo soy el dador de semen, el precario proveedor de cielos.

El que camina bajo la noche en callejones oscuros
y hace discursos salvadores para un tiempo desquiciado
entre multitud de cartoneros, desterrados y borrachos que aplauden y ríen
mientras las cucarachas observan la escena desde prudente distancia.

Yo también soy el tipo
que ha cometido la estupidez de escribir este poema,
él mismo, que tiene ahora la insolencia
de ofrendárselo a ustedes
como un brusco zarpazo en la voz del silencio.-

Aldo Luis Novelli - (desde los bordes del desierto)
poeta - narrador - ensayista
Neuquén - Patagonia -Argentina

lunes, 18 de marzo de 2013

El dedo en la llaga



Alexandros PANAGOPOULOS

Invierno en el pecho



Supongo que debajo de tu falda
la primavera sigue llegando antes.

Hoy hace frío.
El cielo no amenaza con mojarme los recuerdos
pero no puedo prometer que no haya llorado.
Nunca he pensado que sea ridículo ver a un hombre llorar,
sin embargo si el que llora soy yo
ni siquiera puedo sentirme hombre.

Hace frío.
La mayoría de las veces
el clima depende más de con quién estés
que de la temperatura que haya.
No tienes ni las más remota idea
de como de grande se hacía el sol
cada vez que me besabas.

Y es imposible no llegar a amar ciertos errores
cuando fuiste tú la mayor equivocación de toda mi vida,
cuando para volver a la inocencia
tengo que recordarte suspirándome al oído
con el aire robado de algún beso.

Estoy seguro que el levante sigue soplando fuerte
para llevarse tu perfume,
que tu nuca cuando te recoges el pelo
sigue pareciendo una isla perdida del pacífico.
Y es que cualquier naufragio
es mejor que navegar sin ti.

Suena una canción que te conoce,
en un acorde de la tercera estrofa
he vuelto a perder el equilibrio.
Lo peor de caer no es el cómo
si no el donde.

A toda esta madrugada le cabe tu nombre,
tengo heridas de folios en blanco en las muñecas
me desangro en azul sobre el escritorio.
La realidad es que siempre he sido tan poeta
como ha querido tu ausencia.

Y hace frío.

La última vez que bebí para olvidarte,
acabé olvidando que bebía.
Es jodidamente triste.
A veces el amor se olvida de que existes
y cuando digo el amor, digo tu nombre.

Supongo que ya no tienes aquel vestido
en el que mis manos aprendieron
el verdadero significado de la palabra coño.
Aquella camisa escotada
que derretía el hielo de las copas.
Que ya no descruzas las piernas esperando
que alguien acierte el color de sus sueños.

Y supongo que tampoco te hace falta.

Y estarás en algún lugar sin posdatas,
con los pómulos coloreados
y esa sonrisa de quien sabe que tiene alas,
haciéndole el amor a los escaparates de un centro comercial,
comiendo caramelos de colores
y mintiendo sobre tu edad
al conjunto más sexy de una tienda de lencería.

Con la primavera floreciendo debajo de tu falda,
quizás sin saber que de aquí
te llevaste el verano para siempre.

Y hace frío.

pecadocapital79

Agua a la vista


Gonzalo VILLAR

NOCTURNO

Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre

se escucha que transita solamente la rabia,

que en los tuétanos tiembla despabilado el odio

y en las médulas arde continua la venganza,

las palabras entonces no sirven: son palabras.


Balas. Balas.


Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,

humaredas perdidas, neblinas estampadas.

¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,

qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!


Balas. Balas.


Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,

lo desgraciado y muerto que tiene una garganta

cuando desde el abismo de su idioma quisiera

gritar lo que no puede por imposible, y calla.


Balas. Balas.


Siento esta noche heridas de muerte las palabras.


Rafael Alberti