domingo, 30 de enero de 2011

JOIE DE VIVRE

MÁ VALE TROCAR PLACER...

Más vale trocar
placer por dolores
que estar sin amores.

Donde es agradecido
es dulce morir;
vivir en olvido
aquel no es vivir;
mejor es sufrir
pasión y dolores
que estar sin amores.

Es vida perdida
vivir sin amar;
y más es que vida
saberla emular;
mejor es penar
sufriendo dolores
que estar sin amores.

La muerte es vitoria
do vive afición;
que espere haber gloria
quien sufre pasión:
más vale prisión
de tales dolores
que estar sin amores.

El que es muy penado
más goza de amor;
que el mucho cuidado
le quita el temor;
así que es mejor
amar con dolores
que estar sin amores.

No teme tormento
quien ama con fe,
si su pensamiento
sin causa no fue;
habiendo por qué,
más valen dolores
que estar sin amores.

Amor que no pena
no pida placer,
pues ya le condena
su poco querer:
mejor es perder
placer por dolores
que estar sin amores.

Juan del ENZINA

domingo, 23 de enero de 2011

VARIACIÓN SOBRE UNA OBRA DE PICASSO


Ron ENGLISH

TODOS LOS BIENES DEL MUNDO

Todos los bienes del mundo
pasan presto y su memoria,
salvo la fama y la gloria.

El tiempo lleva los unos,
a otros fortuna y suerte,
y al cabo viene la muerte,
que no nos dexa ningunos.
Todos son bienes fortunos
y de muy poca memoria,
salvo la fama y la gloria.

La fama bive segura
aunque se muera su dueño;
los otros bienes son sueño
y una cierta sepoltura.
La mejor y más ventura
pasa presto y su memoria,
salvo la fama y la gloria.

Procuremos buena fama,
que jamás nunca se pierde,
árbol que siempre está verde
y con el fruto en la rama.
Todo bien que bien se llama
pasa presto y su memoria,
salvo la fama y la gloria.

Juan DEL ENZINA

jueves, 13 de enero de 2011

LA MENTE CONSTRUYE EL SIGNIFICADO DE LAS IMÁGENES

MI CORAZÓN PERDIDO

En su cuerpo de espuma nacían las espigas
que en ráfagas de viento llenan con sus rumores
mi corazón perdido en el mar de su lengua
mi corazón hallado en medio del desierto
por cadenas de voces en oasis de sangre.

Mi corazón perdido busca entre sus encajes
la llama que devore las ansias de su sombra
y las nieves que bajen de las altas montañas.

José María HINOJOSA LASARTE, 1925

miércoles, 5 de enero de 2011

DIÁLOGO EN EL PUENTE

Lo sé; olvidaste el florecimiento de esa rosa.
Es que florecían en mi mente abrojos; cardos del sueño.
Pero olvidaste el sueño de la rosa.
No; porque ahí estaba todavía la rosa del sueño.
Cuando cruces el puente olvidarás el nombre de la rosa. Que duda cabe de ello. Es así como tiene que ser aquel poema; ya sabes cuál...
¡Bah!, da igual. La noche es larguísima; como un camino...
En efecto; como un camino hacia la tierra adentro.
O como el mar. Un camino que lleva una isla a las islas.
El sueño de la rosa es como una isla en el mar de la noche de tu sueño. Pero tu corazón – eso que en el sacrificio en la cúspide de la pirámide sería tu corazón – no está dispuesto a la azarosa travesía, ¿no es cierto?
Antes sí, eso que tú llamas “mi corazón”, el mío de mí, estaba dispuesto. Después me tocó la muerte. Ahora no sé nada.
Esas palabras; con ellas podías agrietar los espejos. Entonces.
Sí; pero ahora la lluvia ya no teme a mis palabras.
Hay alguien que está escuchando detrás de la puerta.
Detrás de todas las puertas está el mar.
El mar o el diablo. Da igual.
No sabes cultivarlo hábilmente; el silencio florece como la rosa...
El silencio florece...
Entonces yo quería, por el puro deseo, apresurar la primavera. Íbamos al parque. En invierno. Paseábamos entre los setos que bordeaban las avenidas. Los diminutos silencios que se formaban, congelados, a veces, entre nosotros, como que eran propicios ¿verdad?...
Sí; paseábamos tomados de la mano y la niebla...
¿Por qué ese te ocurre la niebla?
Porque sí; porque el sueño es como una niebla en que medran rosas.
No, el sueño es una calle estrecha sin salida.
Entonces tú eres la rosa.
Soy el sueño.
Pero ¿por qué olvidaste aquel florecimiento de la rosa?
Porque vino la muerte a despertarme.
¿Fue entonces cuando hiciste aquel viaje al mar?
Sí; fuimos juntos ¿no lo recuerdas?
Tal vez ya había muerto.
No; tu corazón latía como un océano...
Pero no había más que silencio.
Allí estaba la rosa.
¡Ah, sí! la rosa que olvidaste.
Cómo podía olvidar el sueño de la rosa.
No lo sé; te habías extraviado entre los setos que formaban en un momento dado de aquel parque sombrío y solitario, un meandro geométrico. Todo, en aquella noche era como un laberinto. El dolor...
El dolor es la rosa.
Has roto el cristal de esa memoria. Cuando dije tu nombre entonces, sobre el puente, era como si tu ausencia – esa que ahora se cumple – se anunciara.
Yo lo sé. Las despedidas siempre son tristes.
Así es; pero tú sigues soñando en el río que corre.
Es una manera de alejarme de ti.
Pero se me queda el recuerdo de la rosa.
El puente es una barca en el río. Esos que hablan apoyados en el parapeto del puente van hacia la quietud.
Así es. Por eso olvidé el florecimiento de la rosa.
Y el dolor de la rosa.
Sí; yo soy la rosa.

Salvador ELIZONDO

domingo, 2 de enero de 2011

LA BOLSA Y LA VIDA

AUSENCIA

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

Jorge Luis BORGES