lunes, 13 de julio de 2009

ACCIÓN BIPOLAR


Jeremy GEDDES

NÚMEROS

SEIS

y tú pensando que duerme el sustantivo
porque tropieza tu mirada en el poema
y lo observas escrito en el papel
y es más inofensivo que un alacrán sin cola
y no se ve la espuma que rabia por la boca
y lo arrinconas
en el sitio de las cosas desgastadas

entonces no puedes entender
si el sustantivo es hipócrita
o te faltó coraje para hacerlo vomitar
o si te mira con los ojos de animal desconocido
que te va carcomiendo poco a poco
o si ya te ha matado y tú aún no percibes
el olor desgarrado de tu entraña

«Números», en Donde habita el cangrejo, 1980.

SIETE

las palabras no siempre llevan música
el poema puede nacer a deshoras
y chirriar como un rostro entre las llamas
–cuando mis manos te acarician
reproduce metáforas–
puede tener dientes firmes
y volverse salvaje
cuando un hombre una mujer se arrancan el pellejo
para juntar sus cuerpos más desnudos

«Números», en Donde habita el cangrejo, 1980.

Eduardo LANGAGNE

jueves, 9 de julio de 2009

LES PAPILLONS DE LA NUIT


Eli TIUNINE

LA REALIDAD Y EL DESEO

a Luis Cernuda

La realidad, sí, la realidad,
ese relámpago de lo invisible
que revela en nosotros la soledad de Dios.

Es este cielo que huye.
Es este territorio engalanado por las burbujas de la muerte.
Es esta larga mesa a la deriva
donde los comensales persisten ataviados por el prestigio de no estar.
A cada cual su copa
para medir el vino que se acaba donde empieza la sed.
A cada cual su plato
para encerrar el hambre que se extingue sin saciarse jamás.
Y cada dos la división del pan:
el milagro al revés, la comunión tan sólo en lo imposible.
Y en medio del amor,
entre uno y otro cuerpo la caída,
algo que se asemeja al latido sombrío de unas alas que vuelven desde la eternidad,
al pulso del adiós debajo de la tierra.

La realidad, sí, la realidad:
un sello de clausura sobre todas las puertas del deseo.

Olga OROZCO

lunes, 6 de julio de 2009

PENÉLOPEZ


Abilio FERNÁNDEZ

EROTÓMANO

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño de esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños.

Octavio PAZ