lunes, 19 de octubre de 2009

SOLO


Airtor GALBARRIARTU

¿Santa María de Iquique?

Si contemplan la pampa y sus rincones
verán las sequedades del silencio,
el páramo de un suelo despoblado
vacías, como el último desierto.

Y si observan la pampa y la imaginan
en tiempos de la Industria del Salitre
verán a la mujer y al fogón mustio,
al obrero sin cara, al niño triste.

También verán la choza mortecina,
la vela que alumbraba su miseria,
algunas calaminas por paredes
y por lecho, los sacos y la tierra.

También verán castigos humillantes,
un cepo en que amarraban al obrero
cara al sol, a la sed y a la vergüenza,
no importa si al final se iba muriendo.

La culpa del obrero, muchas veces,
era el dolor altivo que mostraba.
Rebelión impotente, ¡una insolencia!
pues la ley del patrón es ley sagrada.

También verán el pago que les daban.
Dinero no veían, sólo Fichas;
una por cada día trabajado,
para que las cambiaran por comida.

¡Cuidado con comprar en otras partes!
De ninguna manera se podía
aunque las cosas fuesen más baratas.
Lo había prohibido la Oficina.

El poder comprador de aquella Ficha
había ido bajando con el tiempo
pero el mismo jornal seguían pagando.
Ni por nada del mundo un aumento.

Si contemplan la pampa y sus rincones
verán las sequedades del silencio.
Pero detrás de tantas soledades
oirán un horizonte de lamentos.

Luis ADVIS (aunque está corregido por Julio Cortázar)

viernes, 16 de octubre de 2009

CONQUISTADOR ESPAÑOL

COLGADO

Tan libre, tan aislado,
buscando nada en ningún lado,
alguien tendió una mano
y yo me encadené a esos brazos.

Colgado a sus caderas
me fui olvidando de quién era,
me fui quedando a un lado
vencido por mi propia guerra.

Me quedé como un cuadro
a su pared pegado
que nada tiene que hacer
salvo, seguir colgado.

Colgado a sus peleas,
dando la cara ante cualquiera,
dejando mis ideas
perdidas tras sus escaleras.

Me quedé como un cuadro
a su pared pegado
que nada tiene que hacer
salvo, seguir colgado.

Quise bajar del marco,
buscar mi sitio en otro barco,
pero estaba atrapado,
como sobre su piel tatuado.

Me quedé como un cuadro
a su pared pegado
que nada tiene que hacer
salvo, seguir colgado, colgado.

Enrique URQUIJO y Álvaro LAGUNA