lunes, 29 de noviembre de 2010

AGUJEROS NEGROS


KIM Sung Jin

QUÉ INDEFINIBLE TRISTEZA, CUANDO UNO ESCUCHA...

Qué indefinible tristeza, cuando uno escucha
las palabras casi sin sentido
que surten de miles de labios
y que se van, sin orden, amontonando en el aire,
las palabras como insectos que liban
en miles de orejas ambulantes, las palabras
que se disuelven, como olas, sobre la playa de la tarde,
adelgazando, trocándose en espuma,
en humedad, en nada. Y qué tristeza finísima,
qué sombra, qué aire de tristeza,
cuando uno piensa que es imposible comparar
a estos seres que se agitan con las nubes
que circulan por las calles del cielo,
o con el ir y venir del viento
entre las hojas de los árboles.
Y sobre todo, qué inmenso desconsuelo
cuando uno se da cuenta
de que estas tristes reflexiones en torno
a estas criaturas que giran en la tarde
lo han convertido a uno en alguien
infinitamente abandonando, en alguien que,
desde el otro lado del tiempo, escucha,
lleno de soledad, el fragor
de éste monótono rebaño de corazones.

Alfonso CANALES

jueves, 25 de noviembre de 2010

AGUAS


El sonido, primero es un aleteo que comienza a lo lejos
como un horizonte huidizo que vuelve.

Se huele, se escucha, se siente, crece, se acerca.
¿Qué queda después del miedo?

El paisaje se quiebra se rompe
el deseo se vuelve tempestad
la tempestad pasión.

La densa calma ancestral de la memoria
cede ante el poder de la transgresión.

Empieza a llover.



La poesía recupera ese silencio anterior a la imagen.
La calma es efímera después de la tormenta.
El que mira es el que aleja los horizontes que se mueven en función de la percepción.
Un poema intenta achicar esas distancias.
Respiro, profundo.
Lo quieto es lo que queda como referencia del movimiento
una muerte es el final o la conclusión de la metáfora inalcanzable
cuando el lenguaje es imposible.





Se puede sentir la soledad del deseo en la distancia que me separa de tu voz
antes de la quietud aplastante que dejó la tormenta.
Se puede oír el dolor del rencor
y de la piel
cuando se aleja .

Sobre el río
la inexpresiva belleza
del agua calmada
se lleva a los poetas.
El horizonte, un desierto de silencios
un ahogo de arena
un pantano inacabable.


camarandante.blogspot.com

lunes, 22 de noviembre de 2010

PERSPECTIVA IMPOSIBLE

VARIACIONES LICENCIOSAS SOBRE EL CICPRÉS DE SILOS

Apuesto surtidor de coito y sueño
que acojonas el cielo con tu lanza.
Chorra que a las estrellas casi alcanza
empalmado en sí mismo en vano empeño.

Falo de soledad, prodigio isleño,
picha sin fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, ribera de la panza,
deseosa del placer, mi arma sin dueño.

Cuando te vi señora, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y metido entre ti, vuelto en cristales,

entre ti, negra conchas de arduos filos,
chotejo de delirios ancestrales,
muda mujer en el fervor de Silos.

Santiago URROLA y Gerardo DIEGO

domingo, 14 de noviembre de 2010

TODOS LOS HOMBRES SOIS IGUALES

RESOLUCIÓN

Resolución de ser feliz
por encima de todo, contra todos
y contra mí, de nuevo
-por encima de todo, ser feliz-
vuelvo a tomar esa resolución.

Pero más que el propósito de enmienda
dura el dolor del corazón.

Jaime GIL DE BIEDMA

sábado, 13 de noviembre de 2010

MUTE


Stefan HEILEMANN

HAY MUJERES

Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia,
hay mujeres que nunca reciben postales de amor,
hay mujeres que sueñan con trenes llenos de soldados,
hay mujeres que dicen que sí cuando dicen que no.

Hay mujeres que bailan desnudas en cárceles de oro,
hay mujeres que buscan deseo y encuentran piedad,
hay mujeres atadas de manos y pies al olvido,
hay mujeres que huyen perseguidas por su soledad.

Hay mujeres veneno, mujeres imán,
hay mujeres de fuego y helado metal,
hay mujeres consuelo, hay mujeres consuelo,
hay mujeres consuelo, mujeres fatal.

Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan,
hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad,
hay mujeres que exploran secretas estancias del alma,
hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz.

Hay mujeres envueltas en pieles sin cuerpo debajo,
hay mujeres en cuyas caderas no se pone el sol,
hay mujeres que van al amor como van al trabajo,
hay mujeres capaces de hacerme perder la razón.

Joaquín SABINA y Jaume SISA

martes, 2 de noviembre de 2010

ODA AL VINO

VINO color de día,
vino color de noche,
vino con pies de púrpura
o sangre de topacio,
vino,
estrellado hijo
de la tierra,
vino, liso
como una espada de oro,
suave
como un desordenado terciopelo,
vino encaracolado
y suspendido,
amoroso,
marino,
nunca has cabido en una copa,
en un canto, en un hombre,
coral, gregario eres,
y cuando menos, mutuo.
A veces
te nutres de recuerdos
mortales,
en tu ola
vamos de tumba en tumba,
picapedrero de sepulcro helado,
y lloramos
lágrimas transitorias,
pero
tu hermoso
traje de primavera
es diferente,
el corazón sube a las ramas,
el viento mueve el día,
nada queda
dentro de tu alma inmóvil.
El vino
mueve la primavera,
crece como una planta la alegría,
caen muros,
peñascos,
se cierran los abismos,
nace el canto.
Oh tú, jarra de vino, en el desierto
con la sabrosa que amo,
dijo el viejo poeta.
Que el cántaro de vino
al beso del amor sume su beso.

Amor mio, de pronto
tu cadera
es la curva colmada
de la copa,
tu pecho es el racimo,
la luz del alcohol tu cabellera,
las uvas tus pezones,
tu ombligo sello puro
estampado en tu vientre de vasija,
y tu amor la cascada
de vino inextinguible,
la claridad que cae en mis sentidos,
el esplendor terrestre de la vida.

Pero no sólo amor,
beso quemante
o corazón quemado
eres, vino de vida,
sino
amistad de los seres, transparencia,
coro de disciplina,
abundancia de flores.
Amo sobre una mesa,
cuando se habla,
la luz de una botella
de inteligente vino.
Que lo beban,
que recuerden en cada
gota de oro
o copa de topacio
o cuchara de púrpura
que trabajó el otoño
hasta llenar de vino las vasijas
y aprenda el hombre oscuro,
en el ceremonial de su negocio,
a recordar la tierra y sus deberes,
a propagar el cántico del fruto.

Pablo NERUDA

lunes, 1 de noviembre de 2010

¡QUÉ LINDA PIEDRITA!

ELOGIO DEL SILENCIO

He tenido que llegar a edad avanzada
para aprender a amar el silencio.
Conmueve a veces más que la música.
En el silencio aparecen señales emocionadas
y en las encrucijadas de la memoria
detectas nombres
que el tiempo pretendía ahogar.

Por la noche, en las copas de los árboles,
puedo oír hasta el corazón de los pájaros.
Y al caer el día, una vez, en el cementerio,
oí de lo hondo de una tumba
el crujir de un ataúd.

Jaroslav SEIFERT