En su cuerpo de espuma nacían las espigas
que en ráfagas de viento llenan con sus rumores
mi corazón perdido en el mar de su lengua
mi corazón hallado en medio del desierto
por cadenas de voces en oasis de sangre.
Mi corazón perdido busca entre sus encajes
la llama que devore las ansias de su sombra
y las nieves que bajen de las altas montañas.
José María HINOJOSA LASARTE, 1925
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