martes, 22 de diciembre de 2009

MORIR UN POCO

¿Cómo puede uno morir legalmente?
Abrir la puerta del auto, enviolentado, en un espasmo iracundo, lanzarse a la calle y regalarle al pavimento cada centímetro cubíco de nuestro rojo interior, no es en lo que estoy pensando.
Tampoco recibir una cachetada mortal de aire arrojándome desde el décimo piso.
Yo me refiero a morir legalmente, morir por un tiempo determinado, morir por un día.

Quiero morir mañana, pero un rato. Quiero morir mañana, pero no tanto.
No levantarme a las 7, porque en mi estado catatónico me sería imposible. Sería mi excusa.
No repetir una rutina de audífonos que estrujan mi cabeza a las 8:30, porque mi cabeza molida y muerta no son capaces de sostenerlos. Sería mi excusa.
No dar una prueba para la que no he estudiado, porque aunque estudie, la muerta no va a la prueba. Sería mi excusa.

Y entonces, cuando menos me lo espero, me despierta un almuerzo. Hasta me daría lo mismo que fuera una cazuela, porque cuando uno revive, yo que he revivido les cuento, cualquier cosa es comestible. Lo son las aceitunas, lo son las centollas, los atúnes, los camarones, los espárragos, lo son las sopas y lo son las cazuelas.

Pero cuando uno muere por un rato, no parte todo desde cero. No. Si no no habría tanta gente muriéndose por ratos.
Uno despierta y luego puede encontrarse, al otro día con una profesora enojada, una profesora inquieta, una profesora con dudas:
"Why didn't you show up yesterday?"
A lo que uno, en un estado revivido, pesadamente anti-inglés, le respondería
"Es que ayer estaba.."
Y lo hermoso de morir por un rato es que no le tienes que avisar a nadie. Aparentemente, todos están al tanto..
-"Oh yes, estabas muerta ayer. No te preocupes".

Yo quiero morir un rato mañana.
También quiero dormir.

B

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