domingo, 4 de marzo de 2012

Artemisa / Diana






Era un murmullo el bosque, era la brisa
leve caricia en vuelo que no acaba;
eran besos las flechas en la aljaba
suspendida del hombro de Artemisa.

Virginal cazadora que improvisa
senderos, sobrepuja cada traba,
se cierra al hombre a pasador y aldaba,
y donde nadie ha caminado, pisa.

Quien desnuda la vio, sufrió la suerte
del ciervo, el oso, el jabalí: La muerte
al impacto de su arma arrojadiza.

Quien amarla intentó, logró el rechazo.
Ésta no era la diosa del abrazo,
sino del pulso que se independiza.

Francisco ÁLVAREZ HIDALGO
Los Angeles, 24 de noviembre de 2007.

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