miércoles, 17 de junio de 2009

LA MUERTE DE LA MARIPOSA ENAMORADA

Estuve, como hipnotizado, contemplando a las hermosas mariposas de Iguazú mientras, hipnotizadas también ellas, sobrevolaban la espuma de las cataratas antes de ser atrapadas por la furia del agua. No podía entender por qué esas minúsculas criaturas de la belleza perecían libremente de ese modo. Después supe que su sacrificio tenía un sentido: hacían lo que yo también deseaba hacer, morían para que yo no muriera todavía.
Rafael ARGULLOL, en El cazador de instantes

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